Al desnudo – Capucine Deliot

lunes 19 septiembre, 2022

From issue: Cross Country en Español 72 – Octubre 2022

Aprendí a volar parapente en 2014 cuando tenía 14 años en Samoens en los Alpes franceses, gracias a mi tío y dos primos. Me dieron ganas de volar cuando los veía. Gracias a ellos, progresé en vuelo.

Mi tío Hugues fue una influencia desde el principio. Me ayudó a convertirme en una piloto independiente. Me dio consejos útiles y me ayudó de forma práctica al ir a volar.

Siempre me ha gustado hacer deporte. Hago senderismo y ciclismo de ruta porque me permiten mantenerme en forma. También hago ejercicios de fortalecimiento para evitar lesiones y aumentar de peso.

La primera ala que compré fue la Epic de BGD, que me pareció muy juguetona. Tuve la oportunidad de hacer un SIV poco después. Me dio mucha confianza y me ayudó a progresar. Aprendí a volar en térmica y a estar más cómoda en el despegue y en el despegue, así como a divertirme en vuelo. Después de un año, cambié a una B alta.

La siguiente fue una Niviuk Ikuma. Después tuve una Ozone Delta 3. Al mismo tiempo, volaba una Ozone Octane para aprender a hacer acro y ahora vuelo una AirG Emilie 17.

Mi ala actual es una Niviuk Peak 5. Como peso apenas 50kg, estaba buscando un ala con PTV bajo para llevar la menor cantidad de lastre posible. En marzo de 2021, compré una Peak 5 21m2 usada y solo llevaba 9kg de lastre. Me permitió jugar con las demás EN-D y empecé a ganar mis primeras compes sport. En julio de 2022, entré en el equipo Niviuk de Francia con una Peak 5 nueva gracias a la escuela de parapente Darentasia que me apoya esta temporada.

Vuelo con el Kortel Kanibal Race 2. Una vez que lo ajustas, es cómodo y muy práctico. Tiene bolsillos grandes, el acelerador es fácil y no hace falta mucha fuerza para mantener el carenado en su lugar.

He progresado en el deporte gracias a mis entrenadores y amigos. Lo principal es que soy parte de un buen grupo en el que todos nos ayudamos a progresar. Vuelo bastante porque hace falta experiencia. También hago preparación mental y me fijo objetivos precisos y difíciles, pero factibles. Uso este entrenamiento y lo pruebo en competencia para hacer ajustes.

Entré al Pôle Espoir en 2018, a los 18. Es una escuela especial en los Pirineos franceses donde puedes combinar tu pasión por el deporte con los estudios. Estuve tres años, lo que me permitió avanzar en el parapente, empezar a competir y hasta obtuve mis primeras victorias.

Cada semana, volábamos al menos tres días. Además, teníamos cuatro horas de clases teóricas. También teníamos entrenamiento físico cinco horas por semana, así como clases normales.

Estoy contenta con mi progreso, pero si pudiera cambiar algo, me habría gustado empezado el acro un poco más pronto para tener mejor técnica y estar serena bajo mi ala.

¡Me encanta el vuelo de competencia! Me encanta el start, cuando todos arrancan al mismo tiempo y están listos para atacar. Es espectacular de ver pero hay que mantenerse concentrado para no quedarse atrás.

Tuve la oportunidad de ir a Río de Janeiro, donde pude sobrevolar la estatua del Corcovado acompañada de mi mejor amigo Arthur. Es un vuelo excelente, impresionante y agradable de hacer. ¡Ha sido mi favorito hasta ahora!

Mi meta es seguir mejorando. Para ello, debo lograr muchas submetas específicas. El año que viene, mi meta más importante es hacer un podio femenino en una Copa del Mundo. También quiero mejorar en acro porque es una disciplina que disfruto mucho. 

Capucine Deliot ganó la categoría femenina en el premundial en Francia este año

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